CD San Cristóbal: donde los sueños se persiguen como balones en el campo.
El deporte estimula las aspiraciones de una de las zonas de Madrid con mayor porcentaje de jóvenes.
El deporte estimula las aspiraciones de una de las zonas de Madrid con mayor porcentaje de jóvenes.
Un reportaje de Eldiario.es publicado en 2019 aludía a un techo de cristal muy bajo para los jóvenes del barrio: “Los chavales aspiran a ser cajeros del Mercadona, y ni se atreven a soñar con ser algo más”.
Lo que podía ser interpretado como una llamada de atención ha espoleado el debate. ¿Qué objetivos tienen realmente los chavales? Según un informe de la Junta Municipal de Villaverde de 2022, el barrio de San Cristóbal de los Ángeles tiene una proporción de jóvenes del 18,6%, cinco puntos mayor que la media de Madrid. En uno de los barrios con más jóvenes de la Comunidad se debe considerar que también tienen sueños.
El fútbol representa uno de los anhelos. El 1 de agosto de 1966, la fusión de varios equipos de barrio dio lugar al Club Deportivo de San Cristóbal de los Ángeles. El club más antiguo del distrito de Villaverde fue subiendo progresivamente de categoría hasta llegar a la Primera Regional Preferente en 1972. En la actualidad, el equipo presidido por Pedro Albares Iniesta se encuentra en Primera Regional y tiene diecisiete equipos.
ÍDOLOS Y SUEÑOS: UNA PERSPECTIVA EXPERTA
Gritos. Indicaciones. Pases. En el Club Deportivo de San Cristóbal se respira optimismo. En este espacio, los jóvenes dejan en el banquillo sus preocupaciones para disfrutar de todo lo bueno que les aporta el fútbol.
Para ellos, sus preparadores son como un dios. Más allá de Messi o Bellingham, se han convertido en sus grandes referentes. “Mi entrenador es la persona que más me ha enseñado sobre fútbol, respeto y valores dentro y fuera del campo, me fue dando sus oportunidades, se abrió conmigo y todo salió bien”, comentan Zacarías y Amrane sobre Sergio Suárez.
El deporte en equipo favorece el desarrollo personal de los niños, pues fomenta el compañerismo, juego limpio y la disciplina. Iñaki Lago, psicólogo especializado en deporte y juventud, señala la importancia de los entrenadores para los chicos: “El deporte permite adquirir una serie de hábitos muy saludables que son aplicables al resto de áreas de la vida. No siempre son fáciles de conseguir ya que, en gran medida, depende de cómo los transmitan unos referentes como pueden ser los entrenadores. Tampoco todos los niños son capaces de obtenerlos y mantenerlos en el tiempo, mucho menos de trasladarlos a otros ámbitos”.
Entre los jóvenes del Club Deportivo de San Cristóbal se encuentra Masir, un joven maliense que, al igual que muchos chavales del barrio, sueña con ser futbolista profesional. A su vez, también muestra otras aspiraciones: “De mayor me gustaría ser futbolista y, si no, estudiar ingeniería mecánica. Tengo un objetivo ambicioso: trabajar en la NASA”.
Zacarías se decanta por el mundo del motor: “Me gustaría ser mecánico de coches de lujo”. Amrane opta por el área de la salud: “Mi primera opción es sacarme un título de Odontología, y por afición hacer un Grado de deporte, porque es mi pasión”.
Y como era de esperar, los más pequeños soñaban con lo mismo: “Me gustaría ser jugador profesional”, explican Said o Javier. Mecánico, dentista e ingeniero espacial. Y si no, algo relacionado con el deporte. Los chavales sueñan alto profesionalmente, pero su corazón reside en el fútbol. Hacerse mayores no implica dejar estos sueños atrás.
ENSEÑAR VALORES
“Nosotros lo que hacemos es hablar con los padres y si suspenden asignaturas les castigamos para queno jueguen. Así, les motivamos en los estudios”, expone Suárez. En San Cristóbal no es tarea fácil mantener las formas en el campo, confiesa: “En el club intentamos enseñar valores como el respeto al equipo contrario y al árbitro. En el barrio en el que estamos es complicado, pero se logra”.
La implicación de los chavales en el club va más allá. Muchos de ellos se convierten en entrenadores, siguiendo los pasos de los referentes que tanto les han inspirado. Una responsabilidad que asumen con miedo, pero con decisión. “La satisfacción de ver a un niño sonreír y ver que aprende es muy grande”, sentencia Amrane.
Amrane es un chico de 16 años que ha jugado toda su vida en el club. Actualmente es entrenador de un equipo de alevines: “El fútbol ha pasado de ser una afición a ser mi vida. A día de hoy, juego al fútbol todos los días y conozco a gente gracias a este deporte.
Estoy orgulloso de conocer más campos de fútbol que discotecas ahora mismo”. Sobre Amrane y sus declaraciones, Lago cree que “es un ejemplo perfecto del poder que tiene el deporte para darle a los jóvenes una salida”. “Y no hablamos de vivir del deporte. Me refiero a la estructura que le da a nuestra vida entrar en un club que nos permita crecer, desarrollarnos con unos valores y unos principios vinculados con el respeto, el sacrificio, la superación o el compromiso. Además nos aleja de otros hábitos menos saludables, de otras tentaciones que se nos pueden presentar en el día a día, especialmente en aquellos entornos más desfavorecidos.
Es muy probable que lo que le ha dado el fútbol le esté ayudando a conseguir objetivos académicos y, en el futuro, objetivos profesionales”, añade.
Otro asunto que destaca Amrane son los prejuicios: “Si nos presentamos dos personas a una oferta de trabajo, uno se llama Pepe y otro, Amrane, se va a acabar viendo mejor a Pepe que a mí". Ante esto, Lago matiza: “Parece que es consciente de la situación de la que parte por sus orígenes, para afrontar un futuro en España. Esto no le sirve para cambiar la situación, pero sí le pone en disposición de encontrar soluciones. Al ser capaz de anticipar posibles situaciones a las que se puede enfrentar, pone la mente en busca de diferentes estrategias para resolver esos problemas. Es una manera de resolver dificultades muy habitual entre los deportistas de máximo nivel”.
CONSEJOS
En cuanto a sus chicos, Amrane está decidido a devolverles todos los valores que un día a él le transmitieron en el campo. Pero, ¿cuál es el consejo del entrenador para sus pupilos?: “Que jueguen al fútbol.
Aún les queda mucho por disfrutar”. En cuanto a su faceta como entrenador, Lago apunta: “Es un reto precioso que tiene más poder del que puede parecer en un primer momento. Porque, especialmente en estas edades en las que se está desarrollando la personalidad, enfrentarse a algo que nos asusta, algo que requiere compromiso, responsabilidad, planificación, organización, habilidades sociales, etc., termina por construir un sistema de creencias que será el que nos guíe el resto de nuestra vida. Y, si somos capaces de superar esta etapa con éxito, entendiendo por éxito aprender de la experiencia, seremos capaces de hacerlo en el futuro. Forjaremos unas creencias en relación a nosotros mismos que nos llevarán a tener una mentalidad fuerte”.
La conclusión es que las calles de San Cristóbal están llenas de entusiasmo, sueños y amor por el fútbol. Niños y jóvenes sueñan, algunos, incluso, con que sus pies lleguen a pisar otro planeta, como Masir; otros con trabajar con los mejores motores del mercado, como Zacarías; y algunos como Amrane quieren trabajar con las mejores sonrisas. Pero lo importante es dar a estos jóvenes la oportunidad de desarrollar sus carreras y sus sueños; y ha quedado claro que el fútbol puede ayudar a que lo consigan.
Y, en concreto, el Club de San Cristóbal.