El negocio ‘superviviente’ del barrio que participará en París 2024.
La Panadería Las Nieves lleva en San Cristóbal desde 1960 y será escenario de un anuncio publicitario de los próximos Juegos Olímpicos de verano.
Nada más entrar por la puerta, antes de llegar al mostrador de la Panadería Las Nieves, un mural a pared completa lo recuerda: 16 de enero de 1960, Lorenzo e Hilaria. Esa es la fecha y los nombres del matrimonio de origen burgalés que decidió abrir la tienda en un San Cristóbal de los Ángeles recién nacido por entonces. Ahora, más de sesenta años después, son el negocio más antiguo del barrio y venden infinidad de productos pero lo cierto es que comenzó como una lechería. “Mis padres traían la leche desde Usera, donde tenían la cuadra con las vacas. Luego fueron creciendo y compraron una cuadra más grande en Pinto. Y la siguieron trayendo desde allí”, comenta Javier Peña, ‘Javi’ para todo el barrio, que es el tercer hijo del matrimonio y el que ha seguido liderando el oficio.
“Es el tercer local de San Cristóbal. Primero se abrió ‘El Higueras’ (un bar), luego la carnicería de Jupecar y después mi padre. Entonces solo había cuatro bloques en el barrio y mi padre vio la oportunidad y montó el negocio”. Un negocio familiar en el que los cuatro hijos del matrimonio han ido trabajando y que ahora ya se ha convertido en el más longevo debido a que el resto ha ido cerrando y dando paso a otros nuevos comercios.
Ellos, sin embargo, han seguido ahí. Y seguirán. Tanto, que formarán parte de uno de los anuncios publicitarios del Comité Olímpico para los Juegos de París 2024. “Hace unos meses, vinieron a rodar un par de escenas unas 40 personas entre actores, maquilladoras, gente de luces… Así que supongo que a comienzos de año saldremos en televisión”, dice Javi que lleva viendo pan desde que tiene uso de memoria.
“Ahora ya los jóvenes no consumen tanto y eso se nota. Antes, aquí hemos llegado a vender 2.000 piezas de pan. Eso los domingos buenos de hace 20 o 30 años. Y tartas. Se vendían muchas tartas en los días especiales. Pero ahora ya es diferente. En unos años ya nadie comprará dulces típicos y estas cosas”.
Sea como fuere, lo cierto es que la Panadería Las Nieves es uno de los locales más conocidos del barrio y raro es el vecino que no haya pasado por el callejón donde se encuentra su puerta de entrada. Desde el horno, Javi sigue contando que, eso sí, el negocio tiene salud pero también fecha de caducidad. “Cuando me jubile, dentro de 7 años, esto ya…”, comenta. Pero para que eso llegue todavía queda tiempo y, mientras tanto, él seguirá cada mañana levantando el cierre de su local y haciendo lo que vinieron a hacer sus padres hace ya más de sesenta años. Casi nada.