Érase una vez… un cuentacuentos “atrapado” por SanCris.

Jesús Centeno lleva más de 10 años contando historias todas las semanas a los niños y niñas del barrio en Casa San Cristóbal.

Érase una vez… un cuentacuentos “atrapado” por SanCris.
Jesús Centeno contando "La Ilíada" el pasado mes de octubre.

Jesús Centeno lleva más de 10 años contando historias todas las semanas a los niños y niñas del barrio en Casa San Cristóbal.

Jesús Centeno es un cuentacuentos que llegó a San Cristóbal en 2011 con una maleta llena de magia, ilusión, teatro, marionetas, música, cultura y, sobre todo, el apasionante mundo que encierran los libros. Más de una década después, sigue viniendo al barrio todos los martes y jueves para enamorar a niños y adolescentes con sus historias. 

Licenciado en Derecho, pasó 30 años en las oficinas de un gran banco hasta que, tras la hospitalización y posterior fallecimiento de su mujer, fundó la Asociación Cultural El Cuento- Il Raconto para llevar la magia de las historias al Hospital Niño Jesús.

En aquellos tiempos, Jesús conoció a la directora de la biblioteca de la Casa San Cristóbal durante un curso en La Casa Encendida sobre animación a la lectura. Al enterarse de que Jesús contaba con una asociación que estimulaba el interés por los libros, la escritura y la creación literaria, le animó a venir a conocer el barrio. Un barrio al que, según cuenta Jesús, pocos querían acercarse entonces pero que, tan pronto como cruzó la puerta de la biblioteca, le atrapó para siempre. 

Jesús llega todos los días dos horas antes de su clase para prepararlo todo. Para él, lo más importante es que cuando lleguen los jóvenes del colegio tengan todo listo. “Es un rato para ellos, quiero que lo aprovechen, que disfruten y que no tengan que esperar por mí”. Prepara con cariño cada sesión, adaptando la lectura y las actividades a cada público con un único objetivo: crear pequeños y comprometidos lectores.

De todas las cosas que le tienen conquistado del barrio, son precisamente los más pequeños, a quienes considera “auténticos héroes”, los que le tienen robado el corazón. Nada le llena más que ver cómo criaturas tan pequeñas pero con tantas responsabilidades se ilusionan con sus historias y disfrutan de ser lo que tienen que ser: niños. 

Además de “profe”, le llaman el Cocinero de los Cuentos porque transmite las historias como quien bien cocina: con mucho mimo y a fuego lento. Sin embargo, para Jesús contar un cuento es como poner en funcionamiento cientos de piezas de un precioso mecanismo. 

Quienes han tenido la oportunidad de verle en acción reconocen no ser capaces de explicar cómo o por qué funciona, pero impresiona su precisión y la conexión tan mágica que se crea entre el adulto que narra y el muchacho que escucha. 

Sobre el barrio nos cuenta que desde que llegó aquí, siempre se ha sentido respetado, cuidado y querido. “Cuando te portas bien con la gente, la gente se porta bien contigo”, nos recuerda. Le maravilla la diversidad de nacionalidades y culturas que comparten espacio en la biblioteca y, sobre todo, el respeto y la unión que se tienen entre ellos. 

Dicen que no son las banderas ni el idioma, ni siquiera la sangre lo que une a las personas. Son las historias. No hay nada más poderoso que una buena historia y, sin duda, la de San Cristóbal lo es. Sobre todo, si contamos con personajes como Jesús Centeno, que con su palabra, ilusión y magia acerca la lectura, la educación y la cultura a los más pequeños para que el día de mañana puedan ser quienes escriban la suya.