San Cristóbal, epicentro de los sabores del mundo.
La Cabaña, African Food y Mundo Kebab son el reflejo de la diversidad cultural del barrio.
La Cabaña, African Food y Mundo Kebab son el reflejo de la diversidad cultural del barrio.
San Cristóbal se distingue como un epicentro de diversidad culinaria, donde cada establecimiento gastronómico en los alrededores de la Plaza Pinazo refleja una amplia gama de sabores y tradiciones. Esta zona se convierte en un microcosmos de la multiculturalidad del barrio, donde más de una cuarta parte de la población es inmigrante. Aquí, las distintas culturas coexisten en armonía, explorando, aprendiendo y encontrando inspiración en las tradiciones de países como Ecuador, Mali o Bangladesh. Esta convivencia no solo enriquece la oferta gastronómica, sino que también promueve el entendimiento y el intercambio cultural en la comunidad local.
MENÚS LATINOS
La gran mayoría preserva sus raíces para plasmarlas en la gastronomía. Esta es la clave que relaciona las cientos de historias que el barrio puede contar: “Para salir adelante, por mejoras personales, familiares, económicas… de todo”. Así lo explica Enner Bustamante, dueño de La Cabaña, un restaurante de comida ecuatoriana que sirve como punto de encuentro para la cultura de su país. “Viene todo tipo de gente del barrio, bolivianos, peruanos, hondureños, salvadoreños… Españoles acuden muy poco, pero los que llegan lo hacen por el menú y ellos comen como si fueran latinos”, comenta Enner, que lleva ya 23 años en España. “Antes trabajaba por cuenta ajena, perdí el trabajo y vine aquí de camarero. Después, el dueño se compró otro bar y me dijo si quería quedármelo”, relata. Aunque no sabía mucho de los fogones, Enner decidió contratar a Marta y Paula, su equipo de cocina. Así comenzaba su historia en La Cabaña hace ya cuatro años. En este tiempo, se ha enfrentado a las dificultades del emprendimiento y también a las ocasionadas por la COVID-19 gracias a las ayudas de la Comunidad de Madrid. El fuerte de su negocio queda plasmado en la variedad de su carta, que juega con la combinación de diferentes platos latinos. Marta y Paula, desde cocina, empiezan el día preparando chaulafan y una olla de arroz, porque “sin arroz, no hay nada”, dice Enner. El chaulafan, el caldo de salchicha, el ceviche de pescado o la bebida de avena de Quaker hacen que la cocina de La Cabaña tenga siempre una clientela fiel. Una clientela que, afirman, es más bien latina porque “ahora mismo hay más latinos”. Tanto es así que incluso en la farmacia, comenta Paula, “dicen lo mismo: que cada vez aprenden palabras y cosas distintas a las que conocemos de aquí, de España”. La Cabaña se convierte entonces en un lugar de unión para la “gente latina” que disfruta de sabores tradicionales y que, gracias a ello, “se va contenta”, señala Enner: “Siempre tratamos de atender lo mejor, de hacer las cosas bien. Y la gente regresa, se va avanzando con los clientes y se va saliendo adelante. Entonces… ahí vamos, luchando”. De camino al próximo destino, a tan solo 300 metros de distancia de La Cabaña, hay una amplia variedad de establecimientos. Desde una acogedora tienda regentada por un propietario bangladeshí, que ofrece una amplia gama de productos dirigidos tanto a su comunidad como a otras culturas latinas y asiáticas, hasta una auténtica carnicería marroquí. Además, algunos bares ofrecen platos típicos españoles. Este paisaje comercial refleja la diversidad cultural del barrio, donde personas de diferentes orígenes entran y salen, mostrando una vez más que la diversidad cultural del barrio es más que una mera característica; es el alma misma de la comunidad.
EMBAJADOR DE LA CULTURA AFRICANA
En African Food está Makan, hijo de los dueños del local. Nacido en España, muestra con orgullo la herencia maliense de sus padres a través de su tienda. Así, su local opera como un punto de encuentro, un puente entre continentes para aquellos ya familiarizados con los productos ofertados y aquellos que buscan sumergirse en la cultura africana. “Para comprar los alimentos que consumimos, (mi madre) tenía que traerlos importados desde África”, explica el joven sobre el origen de la apertura del local en septiembre del año pasado, con el objetivo de abastecer principalmente a familias de origen africano del barrio con productos de su tierra. “Ahora traemos los productos importados y los vendemos directamente, así todo el mundo tiene para comer”, añade. Desde su apertura, African Food atrae a una clientela diversa, no solo de San Cristóbal, sino también de lugares como Leganés y Parla, porque son escasas las tiendas de productos africanos en Madrid Sur. Makan cuenta que la mayoría de la clientela es de origen africano, aunque también reciben visitas de personas de otras nacionalidades que se acercan al local por curiosidad. “Distinta gente viene a veces”, expone Makan, “pero no suelen comprar mucho porque no conocen lo que vendemos”. A pesar de este desafío, Makan se enorgullece de servir como un embajador de la cultura africana en el barrio, promoviendo la convivencia y la mezcla de culturas. “Me ha gustado, porque así yo les enseño y prueban lo que tenemos en África”, indica. Los productos que eligen son los más vendidos en Mali, y los venden en su local, explica: “Por ejemplo, el cacahuete, el aceite de palma, la ocra, también… las especias”. Pero más allá de los productos en sí, la tienda se ha convertido en un punto de encuentro para personas de todas las culturas, curiosos por descubrir los secretos de la cocina africana y aprender sobre las tradiciones de Mali. Para Makan, San Cristóbal es un hogar donde la comunidad está unida por lazos de amistad y solidaridad. “Aquí, todos nos conocemos”, expresa con una sonrisa. Según él, el próximo destino es “el mejor Kebab del barrio”.
OFERTA DIVERSA
Porque, ¿qué sería de un barrio sin un buen Kebab? En el caso de San Cristóbal, lo cierto es que Mundo Kebab ha conseguido poner de acuerdo a toda la comunidad. Mohammed Shahid Amin es el artífice de este acontecimiento. Tras 20 años en España, el propietario, de origen bangladeshí, acumula una década al frente de uno de los locales más queridos por toda la población del barrio. Con una gran variedad de productos en su carta, la clientela de Mundo Kebab es la viva imagen de la multiculturalidad. “Es una mezcla, puede haber españoles, latinos, italianos, ucranianos… Hemos recibido a clientes de Alemania. Casi el mundo entero está aquí. A mí me encanta, me quedaría toda la vida aquí. Hay más cariño”, sostiene Mohammed Shahid Amin. Ese sentimiento de comunidad que se respira por cada rincón del barrio se ve reflejado en el local de Mohammed, ya que “todos estamos en familia. Unos conocen a otros”. “Es una zona muy pequeña, es un pueblo, es un barrio”, apunta. Posiblemente, esa sensación de unidad ha conducido a la permanencia de Amin en San Cristóbal, pues opciones para salir no le han faltado: “Distintas personas me han ofrecido locales en otros lugares, pero llevo tantos años aquí… Niños, medianos y mayores nos conocemos, no me importa el dinero. Aquí sabes que tienes un futuro”. Sin embargo, reconoce que no todo ha sido un camino de rosas. La pandemia ha sido uno de los factores que más ha dificultado el desarrollo del barrio en los últimos años. Esto, junto a las guerras que se libran en el mundo y sus consiguientes crisis, se ha hecho notar en negocios como el suyo. “La pandemia nos mantuvo cerrados un tiempo. Ahí tienes una gran pérdida”. “La comida rápida está ahí y este es un ‘pueblo’ en el que no puedes apretar mucho. Vamos tirando para sobrevivir, no puedes poner precios muy altos. Tienes que dar buena comida a buen precio”, afirma. Pero consigue combinar a la perfección estos dos aspectos. No por nada a uno se le conoce como “el mejor Kebab del barrio”. No hay mejor manera para reflejar la amalgama cultural de un barrio que a través de su comida.
San Cristóbal cuenta con esa riqueza gastronómica que sirve de ejemplo perfecto para explicar lo que es este barrio de la capital: unidad, convivencia y futuro. Enner, Makan y Mohammed. La Cabaña, African Food y Mundo Kebab. Tres personas, tres historias. Tres puntos de encuentro que definen a la perfección la multiculturalidad y la diversidad de un barrio único.